El día 3 de abril Francisco Quiñonero Fernández nos invitó a un taller en la Facultad de Educación de la Universidad de Alicante. En dicho taller nos explicó cuáles eran las fases y sus respectivas pruebas que nos encontraremos en las oposiciones, y tuvo la amabilidad de darnos algunos consejos. Como ya sabemos, las oposiciones constan de las siguientes pruebas: el desarrollo de un tema, en análisis de un texto literario y un texto lingüístico y, por último, la presentación de una unidad didáctica que hayamos elaborado nosotros mismos.
Algunas de las cosas que más recuerdo es la importancia de crear un guion para saber cómo vamos a desarrollar cada prueba, el compañerismo (ya que aunque hay que saber trabajar individualmente, no podemos olvidar que nos necesitamos los unos a los otros y hay que ayudar a los demás siempre que tengamos la oportunidad), y, por supuesto, una buena dicción y originalidad a la hora de presentar la unidad didáctica.
En cuanto a los temas que elegiría desarrollar en la primera fase de la oposición, bueno, como se suele decir, soy de literatura, así que descartaría completamente cualquier tema de lengua. De hecho, esta voy a ser yo cuando tenga que estudiarme los temas de lengua:
Pero bueno, estos son los tres temas que yo elegiría:
41. Las fuentes y los orígenes de la literatura occidental. La Biblia. Los clásicos greco-latinos.
46. La Celestina.
69. La poesía hispanoamericana en el siglo XX.
Respecto a la programación que me gustaría presentar... a decir verdad es algo que me tendría que pensar mucho. Sí tengo claro que elegiría un 4º de la ESO (por muy típico que sea), porque considero que es un curso en el que se puede profundizar más en la literatura sin tener la presión y la prisa de preparar a los alumnos para la selectividad. Pero desde luego lo que sí tengo claro es que me decantaría por trabajar a algún autor o autora hispanoamericano/a. Me gustaría hacer algo parecido a mi propuesta del TFM, donde el alumnado tiene que crear una playlist con canciones que para ellos reflejen el mismo tono melancólico que encontramos en la poesía de Alejandra Pizarnik (yo puse una canción de Lana del Rey como ejemplo).
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